La cultura es el cuarto pilar del desarrollo, junto al económico, el social y el ambiental. Con creatividad y diversidad, puede desempeñar una función primordial a la hora de lograr desarrollos sostenibles.

Debemos democratizar la cultura y llevarla a todos sin distinción de clases, debe formar parte de lo cotidiano y lo social. Estoy convencida que es necesario legislar para lograr que las instituciones culturales tengan un rol fundamental en la construcción social argentina. No solo en la promoción y el desarrollo de productos o servicios culturales, sino logrando que la sociedad participe, y se retroalimente.

Debemos construir proyectos culturales desde diversos aspectos, impulsar la diversidad, encontrar formas de diálogo y consenso, aumentar el conocimiento del patrimonio cultural, lograr que deje de ser un producto que se entrega y consume, unidireccional. Invertir y difundir procesos interdisciplinarios, flexibles, dinámicos. Existe mucha creación que llega a pocas personas, necesitamos extender el panorama y ampliar el público, fomentar la discusión y lograr así una mayor pertenencia.

No es el presupuesto el que determina la importancia de un proyecto de Cultura, sino la claridad del rumbo que se toma y la coherencia de las decisiones que lo definen.